Blog

La pugna global por las tierras raras: Trump, Zelenski y la jugada de Putin

La pugna global por las tierras raras: Trump, Zelenski y la jugada de Putin

Las llamadas “tierras raras” se han convertido en un factor geopolítico de primer orden en la economía mundial del siglo XXI. Estos diecisiete elementos químicos son clave para la fabricación de dispositivos tecnológicos, equipos militares y energías renovables. Por ello, no es de extrañar que potencias como Estados Unidos, China y Rusia se disputen su control y acceso.

En este post analizaremos, desde un enfoque geopolítico, tres situaciones interconectadas:

  1. Por qué el presidente estadounidense Donald Trump ejercería presión sobre el gobierno de Volodímir Zelenski en torno a acuerdos sobre tierras raras.
  2. Cómo Vladímir Putin aprovecharía la coyuntura para congraciarse con Trump ofreciendo acceso a las reservas en la parte de Ucrania que Rusia controla tras los conflictos territoriales.
  3. La creciente pelea mundial por la hegemonía de las tierras raras, y la aspiración de Trump de asegurarse grandes reservas en Groenlandia para competir con China.

1. Las tierras raras como arma geopolítica

Las tierras raras (lantánidos, escandio e itrio) son esenciales en la manufactura de productos de alta tecnología: baterías para vehículos eléctricos, turbinas eólicas, computadoras, teléfonos inteligentes, superconductores, sistemas de guía de misiles, satélites, etc. A pesar de no ser estrictamente “escasas” en términos de disponibilidad en la corteza terrestre, su extracción y procesamiento son complejos, costosos y ambientalmente delicados. Por ello, la cadena de suministro depende en gran medida de la inversión, la infraestructura y las políticas de cada país.

China posee una gran ventaja al controlar buena parte del procesamiento mundial de estos minerales; se calcula que refina alrededor del 80% de las tierras raras que se consumen globalmente. Esto otorga a Pekín un poderoso instrumento geopolítico, pudiendo aumentar o restringir exportaciones según sus intereses. Bajo este contexto, otras potencias buscan diversificar su abastecimiento y reducir su dependencia de China.


2. La presión de Trump a Zelenski

El presidente Donald Trump ha dejado claras sus intenciones de asegurar fuentes de suministro alternativo de tierras raras fuera de China. En este escenario, Ucrania se vuelve un país de interés:

  • Reservas potenciales: Ucrania cuenta con recursos minerales considerables (incluyendo tierras raras en ciertas zonas), que podrían explotarse con la inversión y tecnología adecuadas.
  • Dependencia de Kiev: Ucrania, inmersa en tensiones con Rusia, necesita apoyo financiero, diplomático y militar de Occidente. Esto podría traducirse en presiones para que ceda o permita a empresas estadounidenses explotar las tierras raras en su territorio.
  • Jugadas políticas: Trump, conocido por su estilo de negociación directo, a veces controvertido, tiende a condicionar el apoyo estadounidense con el fin de obtener acuerdos favorables.

Para la política exterior de Estados Unidos, asegurar un enclave de tierras raras en Ucrania, aunque sea modesto, permitiría añadir una fuente más a su cadena de suministro y disminuir la influencia china. Al mismo tiempo, sería una forma de afianzar la relación estratégica con Kiev.


3. La oferta de Putin: ventajas a cambio de legitimidad

Mientras tanto, Vladímir Putin observa la situación con un claro objetivo:

  • Reconocimiento implícito: Ofrecer a Trump tierras raras en las regiones de Ucrania que Rusia controla supone no solo un incentivo económico para Estados Unidos, sino también un posible reconocimiento de facto de la soberanía rusa en esas áreas, al menos desde una perspectiva pragmática.
  • Distensión con Estados Unidos: Tras años de tensiones, una oferta tan tentadora podría servir para “abrir puertas” y reducir sanciones o presiones occidentales.
  • Frenar la influencia de Kiev: Cualquier acuerdo directo con Washington que ignore al gobierno de Zelenski debilita la posición de Ucrania en la arena internacional y refuerza la narrativa rusa de que las potencias occidentales pueden negociar con Moscú al margen de Kiev.

El trasfondo común es la competición global por la tecnología y la seguridad energética, donde las tierras raras son pieza clave. Ofrecerlas se convierte en moneda de cambio geopolítica.


4. La batalla mundial por el control de las tierras raras

China: el gigante dominante

China no solo tiene grandes reservas, sino que también domina la industria del refinado. Su posición casi monopólica le otorga un poder de negociación frente a EE. UU. y la Unión Europea. Históricamente, ha utilizado la amenaza de restringir exportaciones como un arma estratégica.

Estados Unidos: la búsqueda de la independencia

Bajo la administración de Donald Trump, se han impulsado planes para reactivar la minería local de tierras raras, diversificar proveedores y asegurar nuevas reservas en zonas con potencial minero (Australia, Canadá, Groenlandia, etc.). La idea es reducir la dependencia de China y fortalecer la industria de defensa.

Groenlandia: la joya en el Ártico

Trump sorprendió al mundo cuando expresó abiertamente su interés en “comprar Groenlandia” a Dinamarca o, al menos, en establecer una presencia que facilitara la extracción de recursos. Groenlandia cuenta con reservas de tierras raras, uranio y otros minerales estratégicos. Controlar este territorio daría a Estados Unidos una ventaja competitiva y reforzaría su posición en el Ártico, región clave para el transporte marítimo y la exploración energética.


5. Importancia estratégica de las tierras raras en la geopolítica mundial

  1. Base de la tecnología de punta: Las tierras raras están presentes en dispositivos electrónicos, energías limpias y aplicaciones militares avanzadas. Quien controle su producción y suministro tendrá un poder considerable en los mercados globales y en las cadenas de valor más estratégicas.
  2. Herramienta de negociación y sanciones: Así como el petróleo fue un arma de negociación en el siglo XX, las tierras raras pueden utilizarse para obtener concesiones políticas o económicas. China ya ha dado muestras de ello, y el resto de potencias lo sabe.
  3. Dependencia y seguridad nacional: Para cualquier gran potencia, asegurar el suministro de tierras raras es una cuestión de seguridad nacional. La amenaza de un corte en el acceso a estos minerales puede paralizar industrias de alta tecnología y el sector militar.
  4. Reconfiguración de alianzas: Los acuerdos sobre tierras raras pueden fomentar alianzas inesperadas (o tensiones) entre países. Desde la perspectiva de Rusia, ofrecer recursos a Estados Unidos para debilitar a Ucrania y socavar la dependencia occidental de China es una jugada atractiva. Para EE. UU., diversificar socios reduce costos y bloquea la influencia de Pekín.
  5. Inversión, infraestructura y medioambiente: La explotación de tierras raras exige altos costos de inversión y puede acarrear riesgos medioambientales. La presión por ser competitivos en este sector a menudo choca con políticas de protección ecológica.

Conclusiones

La rivalidad por las tierras raras ejemplifica la complejidad de la geopolítica moderna, donde se entrelazan intereses económicos, estratégicos y de seguridad nacional. Los movimientos del presidente Donald Trump (desde la presión a Zelenski hasta la aspiración de controlar Groenlandia) reflejan la búsqueda de Estados Unidos por reducir su dependencia de China y mantener su hegemonía económica y militar. Por su parte, la oferta de Putin con recursos en territorios ocupados en Ucrania apunta a ganarse favores políticos y legitimar su influencia en la región.

En este entorno, las tierras raras se consolidan como la “nueva frontera” de la competencia geoestratégica, equiparable en importancia al petróleo en el siglo XX. El futuro inmediato dependerá de cómo las potencias gestionen (o disputen) el acceso a estos recursos y de qué forma se configuren alianzas o conflictos en torno a su extracción y procesamiento.

Para quienes observamos y escribimos sobre la arena internacional, queda claro que los recursos minerales críticos —en especial las tierras raras— se convierten en eje central de la política global de las próximas décadas. Las tensiones entre Trump, Zelenski y Putin no son más que un reflejo de la puja de poder que subyace en el control de estos elementos indispensables para la era tecnológica.

arenovales

Recent Posts

Actualidades Quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) bajo el Título III de la Ley PROMESA

La reestructuración de la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE) avanza hacia una…

2 months ago

Acuerdo EE. UU.–Arabia Saudí de 600 000 millones USD: lectura geopolítica

Washington y Riad sellaron un paquete de inversiones valorado en seiscientos mil millones de dólares…

2 months ago

La pausa arancelaria EE. UU.–China: claves geopolíticas de la tregua

El 12 de mayo de 2025 Washington y Pekín pactaron una tregua comercial de noventa…

2 months ago

El Gran Juego de los Aranceles: ¿Hipocresía Comercial Contra EE.UU.?

En una era globalizada, el comercio internacional debería basarse en principios de reciprocidad y apertura……

3 months ago

La geopolítica detrás de los aranceles automotrices de Trump contra Europa

La administración Trump impuso en 2018 aranceles significativos sobre diversos productos europeos, especialmente en el…

4 months ago

Francia y Rusia: Rivales Geopolíticos en África

África se ha convertido en un campo de batalla silencioso pero decisivo para potencias globales…

4 months ago

This website uses cookies.